Entonces se retiraron y se escondieron en el edificio militar, que está cruzando la calle. En esos momentos, alrededor de las 7.30 horas, llegó la policía al lugar, alertada por el llamado de un vecino. Los uniformados salieron a buscar a los autores del hecho en las cercanías.
El enamorado y su amigo, entonces, volvieron, empecinados en llevar el ansiado regalo a la joven amada. En esta segunda oportunidad, fueron más eficaces. Con un ladrillo, rompieron la vidriera y se llevaron el osito. En el estante quedó el papelito con el precio: 199 pesos.
Pero la travesura no salió bien. Algún vecino indiscreto los observó y dio aviso a los policías. Ingresaron al edificio militar y hallaron a los dos jóvenes, de 17 y 18 años, con el muñeco en su poder.
Si bien hasta el mediodía todavía no habían declarado ante la jueza de Instrucciòn Nº7, María Florencia Maza, los policías averiguaron que la novia de uno de ellos vive en el edificio. Los amigos son de otro barrio y no tienen antecedentes penales.
La aventura, claro, les saldrá cara. Además del costo del vidrio -un paño grande, entero-, ahora tienen una causa por robo sobre sus espaldas. Y la frustración para el furtivo Romeo por no haber cumplido con la joven amada.
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