Julio César Garzón, de 17 años, se quitó la vida en la localidad santiagueña de Pampa de los Guanacos utilizando una escopeta calibre 16 y disparandose en la zona abdominal. Su familia no logra entender cuáles fueron los motivos que lo llevaron al suicidio.
En la madrugada del domingo, Julio y su hermana María Esther de 20 años estaban viendo televisión. De repente, el joven le entregó a su hermana su celular y le pidió que contestara por él los mensajes que comenzarían a llegar. Luego, el chico se levantó y fue al fondo de la vivienda.
Efectivamente, a los pocos minutos de retirado ingresó el primer mensaje de texto, por lo que su hermana lo buscó para preguntarle qué responder. Y lo encontró en el preciso instante en que su hermano gritó: “Papi” y se disparó la escopeta en la zona abdominal.
María Esther, desesperada y a los gritos, llamó a sus padres, quienes se levantaron y corrieron a ver qué sucedía, oportunidad en la que encontraron a Julio César con un disparo en el estómago.
Llamaron al hospital, pero no había una ambulancia disponible. Minutos después, el adolescente dejó de existir.
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