Nicola Sharp, navegaba por el perfil de su amiga Michele Freeman, cuando vio una fotografía de su pequeña hija Grace, de dos años y medio de edad.
La fotografía con flash, mostró que Grace tenía una pupila blanca en su ojo izquierdo, en lugar del tono rojo que tiene la mayoría de la gente, un signo evidente de cáncer de ojo.
Nicola, de 42 años, que ha trabajado en la pediatría durante más de 20 años, inmediatamente se puso en contacto con Michele y Grace fue diagnosticada más tarde con retinoblastoma. Se encontró que tenía dos tumores y la pérdida de toda la visión en su ojo izquierdo.
Los médicos dijeron a Michele, que si el cáncer se había extendido podría haber sido fatal.
Grace ahora tiene que viajar a Birmingham, cada cuatro semanas para el tratamiento con láser con los especialistas y tendrá que supervisar su condición por el resto de su vida.
Michele, de 37 años, dijo: “No hay duda que Nicola salvó la vida de Grace. No hubo indicios que había algún problema con sus ojos y nunca habría sabido sin ella”.
La retinoblastoma, afecta únicamente a los niños pequeños y el síntoma más común, es que el niño tiende a reflejar la luz como de color blanco, como el ojo de un gato. Cuando se diagnostica a tiempo, es muy tratable y se puede curar./
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