Gral. Mosconi / Carta abierta a la comunidad

La opinión pública se hizo eco hace unos meses de lo que podría haber sido un hecho trágico. Una vez mas, (Esto es lo increíble) parte de la mampostería de la Escuela de Comercio Juan XXIII daba una nueva señal de que cuando se sostiene que las escuelas se caen a pedazos, se caen a pedazos, con el riesgo de lo que esto implica.

A través de estos hechos, la gestión, la insistencia y los reclamos de todos los que componen esta institución forzó las promesas que llegaron de parte de los gobernantes, asegurando que en el 2011 General Mosconi tendría una nueva escuela secundaria.


La sorpresa (… y no tanto), es que estas “promesas” solo tienen un recurso económico en el presupuesto de solo $ 100.000, cifra que aparece como testimonial ya que este monto no alcanza ni siquiera para el cercado de un nuevo edificio.


La realidad hoy nos indica que el inicio del periodo 2011 no será “normal”. Un sector del establecimiento está prácticamente clausurado y el resto en condiciones precarias. Por lo que una parte de la escuela funcionaria en este edificio y la otra lo haría en las instalaciones de un club deportivo (Unión Madereros).


Lo paradójico de esto, es que ni siquiera lo provisorio tiene algún sustento. Este club deportivo necesita refacciones por un monto de aproximadamente $ 200.000 y esta obra aun no se inicia.


Ni que decir del objetivo básico de tantos reclamos. La construcción de la escuela sigue firme solo en la teoría y la gran preocupación de la comunidad educativa es que lo provisorio sea para siempre.


Ante la gravedad de esta situación, reclamamos que en forma URGENTE:


1º) Se acondicione de manera inmediata lo que se presenta como necesario, pero también como provisorio y se establezca un plazo para la ocupación del mismo.


2º) Que se concrete la construcción de la Escuela Juan XXIII, se licite en forma inmediata, se fije fecha de inicio de obra y de terminación.


La lucha por este edificio es un pedido histórico que nos implica a todos.
Nuevamente tu compromiso y participación será también necesario, para que las “promesas” se cumplan.


COMUNIDAD EDUCATICA DE LA ESCUELA DE COMERCIO JUAN XXIII