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Temor en Japon |
Un fuerte sismo de 6.3 grados de magnitud en la escala de Richter se produjo hoy frente a la costa de la prefectura de Fukushima, en el este de Japón.
Según informó la Agencia Meteorológica de Tokio, que reproduce DPA, el temblor de hoy, que volvió a provocar pánico en la población, es una réplica del terremoto del viernes último que alcanzó los 9 grados Richter.
En Fukushima se encuentra el complejo nuclear en cuyos reactores se han producido varias explosiones y fugas radioactivas en los últimos días.
El pánico se apoderó en Tokio tras aumentar los niveles radiactivos en la central nuclear golpeada por el terremoto del norte de la capital, provocando la salida de algunas personas de la ciudad y aglomeraciones para comprar alimentos y provisiones.
Algunas embajadas aconsejaron a sus ciudadanos que abandonen las áreas afectadas, los turistas recortaron sus vacaciones y algunas compañías multinacionales dijeron a sus empleados que salgan de Tokio después de que ligeros niveles de radiación fuesen detectados en una de las ciudades más grandes y densamente pobladas del mundo.
En uno de los síntomas de pánico, los grandes almacenes Don Quixote, abiertos 24 horas, en el distrito Roppongi de Tokio vendía el martes radios, linternas, velas y sacos de dormir.
Turistas como Christy Niver, de Egan, Minnesota, Estados Unidos, dijo que ya había tenido suficiente. Su hija de 10 años, Lucy, se mostró más tajante.
“Estoy asustada. Muy asustada y preferiría estar en el ojo de un tornado”, dijo. “Quiero irme”, agregó.
Vientos procedentes de la central nuclear afectada de Fukushima Daiichi, situada a unos 240 kilómetros al norte de Tokio, soplaban lentamente en dirección sudoeste, hacia la ciudad, pero cambiarán hacia el oeste más tarde, dijo una fuente meteorológica oficial.
Algunos científicos, sin embargo, pidieron a Tokio que mantenga la calma.
“Material radiactivo alcanzará Tokio pero no es dañino para el ser humano porque se habrá disipado para cuando llegue a Tokio”, dijo Koji Yamazaki, profesor de ciencias medioambientales en la Universidad de Hokkaido.
“Si el viento va más fuerte, significará que el material volará más rápido pero también que se dispersará más pronto en el aire”, agregó.
El profesor de bioingeniería en la Universidad de Tokio Hiroyuki Takahashi añadió: “Si el combustible nuclear permanece contenido, habrá muy poco riesgo para la salud”.
Se van yendo
La Orquesta Sinfónica Checa abandonó Tokio en autobús por la prefectura de Ishikawa, en la costa oeste.
“Algunos de ellos querían irse a casa tras el terremoto pero es casi imposible conseguir billetes para un centenar de personas ahora”, dijo Hitomi Sakuma, un amigo de la orquesta que fue a despedirlos en su hotel de Tokio.
Alrededor de 350 expatriados en Japón de Infosys Technologies, el segundo mayor exportador de servicios de software de India, están regresando a su país, dijo su presidente ejecutivo.
“Algunos ya han vuelto, otros están en camino”, dijo S.
Gopalakrishnan. “Los ingresos en Japón son muy pequeños y en el cómputo global tendrá un impacto mínimo en el sector”, agregó.
Algunos periodistas internacionales que cubren la catástrofe desde la región más afectada alrededor de la ciudad de Sendai, en el noreste, devastada el viernes por el sismo y tsunami posterior que dejó al menos 10.000 muertos, se estaban marchando.
La oficina en Tokio de Michael Page International, una agencia de empleo británica, iba a cerrar lo que queda de la semana. “Me voy a Singapur mañana”, dijo un empleado.
Los niveles de radiación habían subido en Tokio pero por ahora “no había problema”, dijo el Gobierno de la ciudad.
La radiación en Saitama, cerca de Tokio, estaba en niveles que no suponen daño para el ser humano, pero ha sido suficiente para provocar el pánico en la bulliciosa, ultramoderna y supereficiente metrópolis de unos 12 millones de personas.
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