Aberrante - Durante 10 años violó a su hermana al lado de la cama de su madre ciega

En el paraje santiagueño de Averías, un hombre vejó a una mujer inocente a tan sólo 4 metros de donde dormía su progenitora no vidente. Como amenaza le decía que si no se acostaba con él, no recibiría comida.
El calvario era vivido en un paraje llamado Averías, en la provincia de Santiago del Estero. Desde que la víctima tenía once años (hoy tiene 21), el hermano llevaba a su cama a su hermana. A cuatro metros, dormía su madre ciega.

La Justicia investiga a un hombre de 34 años, acusado de convertir en esclava sexual a su propia hermana, a quien conminaba a entregarse, caso contrario, no recibiría comida.
“Me prestas o sino no comes”, era la advertencia –de acuerdo con la investigación- del sujeto, sospechado de someter a crudas vejaciones sexuales y palizas a su hermana de 21 años, hijos de una mujer ciega y domiciliados en el paraje Averías, departamento Figueroa.
El aberrante hecho se conoció a fines de 2009. Harta de ser la “mujer de su hermano a fuerza de palizas”, una joven acudió a la policía. Después de reiteradas denuncias, un oficial tramitó las mismas y detuvo al individuo.
Con detalles, la mujer relató su calvario. “Él me decía vení, vamos a hacer el amor. Un sábado a la noche me llevó a su cama y me tuvo hasta el otro día. Cerca puso un cuchillo y un lazo. `Te cuelgo si te vas´, me decía”. La denunciante no sabe leer y los investigadores advirtieron una marcada discapacidad, quizás propia del sometimiento y humillación de años.
“Yo soy tu hermana. Si quieres mujer, vete y buscá una”, le gritaba una y otra vez la jovencita. En ese escenario tétrico, la figura de su madre siempre lucía opacada, casi insignificante, agravada porque era no vidente.
Después de las múltiples pruebas acumuladas, en marzo pasado, el juez Darío Alarcón procesó al hermano por “abuso sexual calificado por el vínculo”, pero la defensa apeló y el expediente fue enviado a la Cámara de Apelaciones.
Sexo y castigo
Cada violación estaba precedida de golpizas. Impactó a los psicólogos que asistieron a la víctima, marcados rasgos difíciles de cicatrizar. A criterio de los expertos, la joven necesitará muchos años de auxilio psicológico, ya que sufrió una notable alteración del afecto, sexo y relaciones humanas.