Le apodaron “el hombre murciélago”. Y no es para menos, ya que Kish puede caminar e incluso andar en bicicleta siguiendo el eco que produce en el ambiente el sonido de su lengua.
Desde que descubrió esa habilidad, conocida como ecolocalización, Kish realiza su vida en forma normal. “El sonido es como la luz en que las dos son como ondas de energía. Estas ondas de sonido rebotan en las cosas en el medio ambiente, y cuando regresan realmente llevan consigo una huella de lo que han encontrado”.
El hombre oriundo de Long Beach, California, dijo que su cerebro aprendió a interpretar la información contenida en los ecos y lo utiliza para construir imágenes del lugar donde está parado.
“Se trata básicamente de una representación de lo que está ocupando espacio en el medio ambiente basado en la ubicación, dimensión y profundidad de la estructura”, es decir la solidez de los objetos.
Kish enseña a otras personas ciegas como funciona la ecolocalización. Y para entender mejor cómo funciona la técnica, se asoció con científicos canadienses para un estudio de imágenes cerebrales.
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