Wang Cai, un perrito de Chongqing, China, se sienta todos los días en la vereda de un banco, de 9 a 17, para esperar a su dueño. Y lo hace desde hace cuatro años.
Wang era un perro vagabundo cuando un alma solidaria decidió adoptarlo. Todos los días acompaña a su dueño a trabajar y lo espera ocho horas hasta que sale de su trabajo.
De acuerdo con el dueño, el comportamiento de su mascota al principio lo dejó perplejo porque no lo había siquiera entrenado para semejante cosa.
Los lugareños están fascinados con la inquebrantable lealtad de Wang Cai. Se lo compara con Hachiko, el perro japonés que esperó 13 años a su fallecido dueño en la estación de tren Shibuya en Tokio, Japón.
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