Catorce cadáveres, siete desmembrados y otros siete calcinados, fueron encontrados en el oeste y en el noreste de México, producto de dos hechos diferentes registrados, aparentemente, en el marco de rivalidades entre grupos del crimen organizado.
En el oriental estado de Michoacán, sobre la costa del Pacífico, la policía encontró una camioneta calcinada con cadáveres en un camino de la localidad de Yurécuaro.
A su vez, en la ciudad de Nuevo Laredo del estado de Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos, se encontraron dos camionetas con siete cadáveres en el estacionamiento de un centro comercial.
Los asesinatos de Michoacán ocurrieron en una región que limita con el estado de Jalisco, en la que ya sucedieron, en las últimas semanas, varios hechos de este tipo, como el hallazgo de otros siete cuerpos en una camioneta el 22 de septiembre.
Policías y militares acordonaron la zona. Según versiones de prensa, cuatro de las siete víctimas estaban decapitadas.
“Al interior del vehículo, sobre el asiento trasero, se apreciaban un total de siete cuerpos calcinados que hasta el momento se encuentran en calidad de desconocidos. A simple vista no se pudo apreciar lesiones por proyectil de arma de fuego”, informó la fiscalía en un comunicado.
Los cuerpos hallados en Nuevo Laredo eran todos de hombres y estaban en dos vehículos con patentes del vecino estado norteamericano de Texas. La fiscalía informó que seis de las víctimas tenían entre 30 y 35 años y la restante, unos 50.
En esta región del noreste de México operan grupos como el Cártel del Golfo y la violenta organización de Los Zetas, que se disputan territorios y están sufriendo reacomodos por la captura de líderes o divisiones internas, según despacho de DPA.
En las últimas semanas las autoridades detuvieron a los dos líderes principales del Cártel del Golfo,Jorge Eduardo Costilla Sánchez, alias El Coss, y Mario Cárdenas Guillén.
Además, fue capturado Iván Velázquez Caballero, alias El Talibán, uno de los principales lugartenientes del cártel de Los Zetas, que se había rebelado contra el segundo en la jerarquía de la organización, Miguel Angel Treviño Morales.
Esta ruptura desató una ola de violencia en el centro-norte del país por el control del estado de San Luis Potosí, que incluyó la aparición de 14 cadáveres en una camioneta en agosto.
En el oriental estado de Michoacán, sobre la costa del Pacífico, la policía encontró una camioneta calcinada con cadáveres en un camino de la localidad de Yurécuaro.
A su vez, en la ciudad de Nuevo Laredo del estado de Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos, se encontraron dos camionetas con siete cadáveres en el estacionamiento de un centro comercial.
Los asesinatos de Michoacán ocurrieron en una región que limita con el estado de Jalisco, en la que ya sucedieron, en las últimas semanas, varios hechos de este tipo, como el hallazgo de otros siete cuerpos en una camioneta el 22 de septiembre.
Policías y militares acordonaron la zona. Según versiones de prensa, cuatro de las siete víctimas estaban decapitadas.
“Al interior del vehículo, sobre el asiento trasero, se apreciaban un total de siete cuerpos calcinados que hasta el momento se encuentran en calidad de desconocidos. A simple vista no se pudo apreciar lesiones por proyectil de arma de fuego”, informó la fiscalía en un comunicado.
Los cuerpos hallados en Nuevo Laredo eran todos de hombres y estaban en dos vehículos con patentes del vecino estado norteamericano de Texas. La fiscalía informó que seis de las víctimas tenían entre 30 y 35 años y la restante, unos 50.
En esta región del noreste de México operan grupos como el Cártel del Golfo y la violenta organización de Los Zetas, que se disputan territorios y están sufriendo reacomodos por la captura de líderes o divisiones internas, según despacho de DPA.
En las últimas semanas las autoridades detuvieron a los dos líderes principales del Cártel del Golfo,Jorge Eduardo Costilla Sánchez, alias El Coss, y Mario Cárdenas Guillén.
Además, fue capturado Iván Velázquez Caballero, alias El Talibán, uno de los principales lugartenientes del cártel de Los Zetas, que se había rebelado contra el segundo en la jerarquía de la organización, Miguel Angel Treviño Morales.
Esta ruptura desató una ola de violencia en el centro-norte del país por el control del estado de San Luis Potosí, que incluyó la aparición de 14 cadáveres en una camioneta en agosto.
Télam
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