DATO EXTRA | El alud de agua y lodo y piedras que dejó al menos cinco muertos en la villas turísticas catamarqueñas de El Rodeo y Siján, reconoce como antecedente la tragedia de Tartagal, en Salta, ocurrida hace casi cinco años, cuando desbordó el río que cruza esa ciudad y causó un alud que arrastró un puente ferroviario y originó tres muertos y cuantiosos daños materiales.
A las 8 de la mañana del 9 de febrero del 2009 el río Tartagal, que cruza la ciudad homónima, desbordó debido a las intensas lluvias en el sur de Bolivia y arrastró lodo y árboles de los cerros que la rodean, además de un viejo puente ferrovario.
El fenómeno climático generó pérdidas totales en 933 familias que se quedaron sin viviendas, mientras el día posterior al desborde se veían a los pobladres sacando el metro y medio de barro que tenían en sus casas.
Aquel día trágico para Tartagal, en medio de una fuerte tormenta, se formó una suerte de dique natural unos 5 kilómetros aguas arriba de la ciudad, en la serranías de San Antonio, ubicadas al oeste, y cuando éste cedió arrasó de manera brutal todo lo que encontró a su paso.
La correntada se topó primero con el viejo puente ferroviario, paralelo al carretero, en el ingreso sur de la ciudad y lo arrancó de cuajo.
Como la estructura metálica estaba a menos de 100 metros del vial, al caer, volvió a endicar en el segundo puente, lo que causó un desborde sin precedentes y escalofriante a la vista de millones de personas que vieron el desastre por televisión.
Así, toneladas de troncos y barro y miles de metros cúbicos de agua corrieron a su antojo por las calle paralelas al río Tartagal, arrasando a su paso negocios, viviendas, máquinas pesadas y coches, metiéndose en algunas casas linderas al río hasta los dos metros de altura.
Milagrosamente, de los 11 desaparecidos contabilizados en las primeras horas posteriores al desastre, solo hubo que lamentar tres muertos.
El resto de las personas denunciadas como desaparecidas fueron hallados por familiares y personal de las fuerzas de seguridad con el correr de las horas y los días.
Los cuerpos de los víctimas fatales, aparecieron aguas abajo varios días después, arrastrados por la correntada varios kilómetros.
El panorama el día posterior era dantesco; decenas de casas, negocios y calles fueron literalmente borradas del mapa por la furia del aluvión.
Cientos de familias perdieron todas sus pertenencias, mientras que varios comerciantes perdieron el capital amasado durante años de trabajo en cuestión de minutos.
Las autoridades provinciales y nacionales asistieron con alimentos y luego con materiales de construcción para iniciar la reconstrucción de las viviendas dañadas, así como también de las calles que desaparecieron bajo el alud y de los servicios cloacales totalmente destruidos.
http://www.telam.com.ar/notas/201401/49270-hace-casi-cinco-anos-en-tartagal-otro-alud-dejaba-tres-muertos-y-cuantiosos-danos.html
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