Mario Dilascio, de 57 años, salió de su casa en el barrio Soeme, en Las Talitas, al noreste de San Miguel de Tucumán, para tomar el colectivo como hacía todos los días.
A media cuadra vio que venía el colectivo de la empresa Fournier, lo corrió para no perderlo y no llegar tarde al trabajó, lo alcanzó, pero apenas se subió, sacó el boleto y se sentó en la primera fila de asientos, cerró sus ojos y se desvaneció.
El comisario Raúl Salles indicó que "el chofer creyó que se había dormido pero al ver que se inclinó hacia un lado detuvo la marcha a los pocos metros de la parada".
El hombre fue auxiliado por los pasajeros, mientras el conductor llamó al 911, que enseguida arribó con una ambulancia. De todas maneras, nada hubo para hacer, ya que Dislacio falleció prácticamente en el acto debido a un infarto.
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