Francisco firmó ayer en el Vaticano el decreto para la canonización del cura José Gabriel Brochero, luego de haber comprobado el segundo milagro del cordobés. De esta manera, el cura se convertirá en el primer santo nacido y muerto en Argentina.
Brochero nació el 16 de marzo de 1840 en Villa Santa Rosa, Córdoba y fue denominado popularmente como “el cura gaucho” por sus importantes tareas en las sierras cordobesas. Falleció el 26 de enero de 1914, luego de haber sido destacado por la ayuda que le entregó a los enfermos de la epidemia de cólera que azotó a la provincia.
El primer milagro que se le reconoció y que le permitió la beatificación fue en la recuperación de Nicolás Flores, un bebé (hoy tiene 11 años) que sufrió un accidente automovilístico (28 de septiembre de 2000, en Córdoba), cuando viajaba con sus abuelos, madre y padre en un auto. Debido al choque, el pequeño quedó en estado vegetativo.
Los padres de Nicolás le rezaron todos los días al cura Brochero para que su hijo se recupere y, a pesar de que el niño no tenía las mejores expectativas de vida, sobrevivió. Tanto asombro generó esto que Vicente Montenegro, el médico que atendió al pequeño, aseguró que se trató de un “milagro”.
El segundo milagro fue el de Camila Brusotti, que en 2013, con tan sólo ocho años, sufrió una fuerte golpiza por parte de su madre y su padrastro. Este hecho la dejó inconsciente y permaneció más de dos meses en terapia intensiva.
Al igual que en el caso de Nicolás, la familia de la pequeña le rezó al cura y la niña se mejoró. Los médicos confirmaron que Camila se recuperó del todo y que se trató de un milagro porque “desde lo científico no había ninguna esperanza de vida”.
CEREMONIA
Desde el Vaticano confirmaron que en marzo decidirán cuando será la ceremonia.
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