Había nacido el 26 de marzo de 1986, y se despidió de este mundo el 10 de mayo de 2016: con más de 30 años vividos, llegó a ser reconocido como el gato doméstico más viejo del mundo, título que enorgulleció a su dueña, Gail Floyd.
Scooter, un gato siamés que vivió en Mansfield, Texas, Estados Unidos, toda su vida, fue reconocido por su longevidad el 8 de abril pasado por el libro de los Records Guinness, destronado al que hasta entonces ostentaba dicho título, Corduroy, de 26 años. Poco más de un mes pudo hacer alarde de su título.
Según contó Floyd a los medios que se acercaron a cubrir la historia, el secreto de la longevidad de Scooter se debió a que siempre permaneció activo: se despertó siempre a las 6 de la mañana y, tras “desperezarse” un rato en su cucha, pasarse el día saltando por toda la casa.
Además, su dueña cree que el hecho de haber comido pollo a diario durante 30 años ayudó a que viva muchos más años que la media.
Ahora que Scooter murió, Corduroy recuperó el título del minino más viejo del mundo. Sin embargo, ninguno de los dos es el gato que más años ha vivido en la historia: Según la edición 2010 del libro de los Record Guinness, una felina texana llamada Creme Puff logró vivir 38 años, transformándose en el gato doméstico más viejo del que se halle registro.
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