“Empezamos a dar de comer a quince niñitos y a un abuelo, hoy por hoy hemos crecido con mucho sacrificio,de mi esposo, de mi familia y de mucha gente que aporta su granito de arena”.
Recordó a su madre, que murió cuando ella tenía apenas 11 años, con una entrañable anécdota: "Mi mamá cocinaba todos los días. Ella siempre sacaba un platito hondo, lo servía y lo dejaba en el centro de la mesa. Un día, llegamos de la escuelita rancho, donde íbamos como nos quedamos con hambre, le preguntamos si lo podíamos comer. Ella nos dijo: 'Si viene Dios a pedir, ¿qué le vas a dar?' A pesar de no tener nada ella nos enseñaba a dar"… “No le preguntes de donde viene, ni como se llama solo dale de comer”.
Barrientos exhortó a seguir luchando, a trabajar por el que necesita y aunque ella prioriza el almuerzo en familia, por eso reparte viandas, destaca que mucha gente se congrega en su institución.
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